Erasmo y Juanita: pintura y amor
Erasmo y Juanita: pintura y amor El artista plástico, Erasmo Sotero Porras (Chiclín 1911-Laredo, 2006), era parco, serio, exigente en su vida cotidiana y muy responsable con la familia. Pero su adustez cambiaba al hablar de arte y literatura, del corazón emocionado brotaba el agua cristalina de sus lecturas clásicas, llenas de sabiduría existencial, y de esperanza ante las injusticias terrenales. Le dolía mucho que Dios se olvidara de los pobres, dando paso al agnosticismo y a la teoría de Giovanni Papini, aquella de perdonar a todos. Recordaba la frase filosófica de Paúl Jagot: “Para avanzar sólo se necesita un poco, si cada día hacemos ese poco”. ”Pintaré hasta el último día de mi vida”, había dicho en la televisión, con motivo de su exposición en la hoy Casa de la Emancipación, hace largos años, lo reafirmó mientras conversábamos, y así falleció sabiendo también que “el ser humano, para saber que ha existido, debe dejar huella en su paso por la tierra”. Y él existió y re