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Mostrando entradas de 2018

La identidad laredina

La identidad local está conformada por las tradiciones, música, danzas, creencias, mitos, costumbres, hábitos, lo que se denomina la tradición oral, lo que existe en el imaginario del pueblo, por ello el antropólogo Jorge Osterling, asegura que cualquiera sea la ideología de la sociedad, todos tienen su mitología. Parte de nuestra identidad es acudir a misa todos los domingos, hacerse la señal de la cruz al pasar por un templo, celebrar la festividad del Señor de la Misericordia y de los patronos de los anexos, alegrándonos con las danzas o las cuzqueñas de la Virgencita de la Puerta. Con la participación en estas actividades, aumentamos la fe y la creencia en un Dios superior, socializamos y es oportunidad de confraternizar con gente que viene de lejos y llega especialmente para dichas ceremonias. El Dr. Alberto Moya reconoce que antes del 1900 se inicia el enganche con la gente de Huamachuco, es decir llegaron a los valles azucareros a laborar en la caña de azúcar, sumándo

Tata mira mi dente

Tata mira mi dente (Tradición Oral) El duende de la cueva de Huacapongo, es   un cuento de Juan Rosado nutrido de los mitos, de aparecidos y   demonios. Un anciano capta el llanto de una criatura, la recoge,     y oye : Tata mira mi dente. “Mi bisabuelo al escuchar estas palabras observó al niño y advirtió que tenía la cabellera rubia y unos colmillos que le sobresalían de la boca, y     arrojó al río, escuchando: ¡So viejo cojudo, un poquito más y te comía! (pág. 23).El relato figura en la revista Alfarero, que ha cumplido diez años en la cultura. Agregamos que pensamiento mítico y pensamiento lógico se complementan, no constituyen un divorcio, expresan el imaginario de las personas con sus ideas, creencias, tradiciones y costumbres, conforme lo reconoce Víctor Paredes en la revista UNASAM, 2016:197, Antúnez de Mayolo de Huaraz. Y abre con un interesante trabajo de Ana Melva Dionicio, titulado Nuevos Estudios sobre Blasina Escobedo, se trata de la lideresa que     juró “nunca

Ese camino existe

Ese camino existe Ese Camino Existe, (Ed. Trascender, Lima 2017) novela de factura mayor, de corte social, política y antropológica del chimbotano  Luis Fernando Cueto, evidencia la masacre, muerte civil y militar entre el ejército y la guerrilla, en Ayacucho de 1980. Reviven métodos opuestos a la vida; abre polémica para auscultar en cual grupo humano el desquiciamiento mental es más grave. Cuestiona y valora la inocencia de los indiferentes, ligados de pronto a estos hechos funestos e incivilizados. Como en toda excelente narración está presente el amor, entre Perpetua y Cubo; y la música, simbolizada por el bandolinista Curco, que asimismo representa la soledad; añade también el tema de la esperanza y libertad, tan consustancial y deseable en la existencia. El militar Buldozer, representa al Estado y es el oficial responsable de los castigos físicos para hallar terrucos, (alzados en armas), provocar desapariciones  y ejecutar descuartizamientos. Los detenidos casi siempr

Crónica de la creación política

El libro   Laredo: Crónica de la creación política y modificación de límites,  de Pablo y Enrique Namay, interpreta con sencillez y fidelidad las aspiraciones e ideales de la población y sus líderes, el sentimiento elevado de conservar la integridad física y moral, la victoria de respetar y saberse respetado, el anhelo supremo de vivir libre y en libertad comunal. La legalización corresponde a la Sociedad de Propietarios de Casas del Pueblo de  Laredo y La Merced. Y sus    primeros pasos tuvieron el desencuentro con los Gildemeister, dueños de la Negociación Azucarera. Ante la unidad, cede el hacendado y apoya el reconocimiento del distrito, conseguido el 28 de diciembre de 1961, con la ley 13792, con límites recortados; posible de mejorarlo. Brillan Nicolás Ortiz, Julio Pinedo, José Aguirre, María Rojas, Juan Huertas, Nicolás Llanos y otros ilustres ciudadanos que dejaron su corazón de triunfo en cada una de las acciones.    Es reconocido también el diputado Julian Arce Larreta

Watanabe regresó a Laredo

Aquella mañana memorable y sentida de 1983, José Watanabe (Laredo 1945-Lima 2007), iba y venía instruyendo a los actores y ordenando la escenografía, de vez en cuando  exhalaba el humo claro del cigarro blanco y siempre al lado de Walter Marquina, quien junto a su hermano Gastón habían sido vecinos y amigos de niñez. Wata como le decían amigos del colegio San Juan, regresó triunfante y feliz al pueblo, inspiración permanente de su obra, ya por la campiña, ya por la migración, ya por el  mestizaje de los andinos y costeños, conforme declaró años después al investigador César Figueroa. Y regresó para la filmación de su guión “ Ojos de Perro ”, que relata las luchas sindicales de los azucareros del siglo XX. Avanzado el tiempo, la Asociación Universitaria Laredina, con el presidente, entonces estudiante Gerson Ramírez Ávila, hoy destacado escritor y docente respetable en la UPN, lideraron en vida el reconocimiento  a un hijo del pueblo que triunfa, sensibiliza y brinda amor

Migrantes y recuerdos

Las nuevas costumbres y el desarrollo de los migrantes en su nuevo hábitat, conviven con el  terruño  de origen y la emoción del recuerdo lo llevan en el corazón; “cada vez que pueden regresan a sus fiestas patronales a revivir tiempos idos  y a mostrarse triunfadores”, solía afirmar en las aulas de la UNT el maestro antropólogo social, Nyler Segura Vásquez (+). Con mirada sentida y etnográfica, Abelardo Solís, publicó  MASMA, mi pueblito lindo  (Papel de Viento Editores, Trujillo 2013), que mantiene frescura, tradición, y añoranza por la pérdida lenta de la cultura autóctona en esta modernidad; “ligada a esa gran utopía, que es sin duda, el progreso” (Carlos Castañeda Peralta, 2015, pág.205). El libro refiere síntesis histórica, recursos naturales, artesanía y folklore. Masma es un distrito ubicado en la provincia de Jauja, departamento de Junín, a tres mil 484 metros sobre el nivel del mar, creado en 1916, su gentilicio es masmino (a), tiene una extensión de 23 mil 317.2

Amor a Dios y familia

El  poemario  El Huerto de mi Familia , primer libro de Amaro Figueroa Vergara, conmueve por su reflexión filosófica, revive el amor profundo a Dios, canta a los padres Nemesio y Sofía. Loa a su musa, testimonia la fe de sus hermanos, reconoce a las figuras destacadas y a los historiadores del pueblo. El autor emplea un  estilo  sentido para demostrar que nunca el esfuerzo es vano, nunca la bondad está perdida y que el afecto jamás cae en el vacío. Todo está justificado cuando hacemos las cosas bien, brindamos cariño a los nuestros y a los demás, cumpliendo con nuestro rol y sin esperar recompensa. Canta al padre: Siendo hijo único y huérfano/de tu sierra huaracina/fuiste traído a la costa/para forjarte como hombre/a los siete años de edad/aun hablando tu quechua. /Grande eres como el sol/padre luz de buenos consejos/ sin que estés lejos/están los buenos momentos/padre nuestro/luz de pensamiento, corazón valiente. Y a la autora de sus días: me recuerda un día cuando ma

Antenor Orrego y la Crítica

El distinguido maestro universitario de prolija trayectoria, Dr. Saniel Lozano Alvarado, ha tenido  duro trajín para desentrañar los vocablos sabios y la hondura reflexiva, que lo han llevado a escribir  “ La Crítica Literaria de Antenor Orrego ”, en la que descifra la obra de César Vallejo, Alcides Spelucín, Julio Garrido, Nicanor de la Fuente (NIXA) y Eloy Espinoza. Visionario, erudito y consecuente con su personalidad, Antenor Orrego, no agotó el análisis formal, elemento por elemento, sino que los simbolizó en oraciones, en vuelo literario diverso, cuyo viaje feliz compara el hecho con el dominio cognoscitivo del autor, pleno, maduro, y convincente, brindando una tesis enriquecida con la experiencia de la vida, la lectura. Lozano Alvarado, afirma, que su crítica fue “fundamentalmente sociológica, filosófica y estética”, (pág. 57) y “su formación literaria fue más bien una construcción personal, de autodidacta, y en gran medida impresionista, afinada por el temp