Madre, mañana me voy a Santiago a mojarme en tu bendición y tu llanto

El segundo domingo de mayo, nuestros corazones rinden tributo al ser universal que nos alumbró y cobijó en sus brazos protectores. La madre es ternura y evocación; en la sociedad latinoamericana, muchas veces es madre y padre a la vez. Jamás abandona a sus hijos y lucha con todo su inmenso amor para educarlos y hacerlos profesionales, para que se defiendan en la vida.

Por ello, los grandes y buenos escritores siempre la dignifican a través de sus valiosas obras, Bertold Brecht, el distinguido narrador y poeta alemán, lo recuerda a través de La Madre, mujer bibandera, que se ganaba la vida de un lado para otro, con tal de conseguir el pan para sus hijos.
El gran vate universal, César Vallejo, lo recuerda con uno de sus versos: "Madre mañana me voy a Santiago a mojarme en tu bendición y tu llanto". En el que podemos apreciar la hondura del sentimiento, la voz casi desgarradora para amar a la autora de sus días.

Carlos Oquendo de Amat, dice:" Madre tu nombre me viene lento como las músicas humildes y de tus manos vuelan palomas blancas..". Todos nos sentimos conmovidos por la delicadeza y la profundidad en el sentimiento, adorable amada y siempre amda la madre. Oquendo ha sabido perennizar con su valía de escritor sensitivo y genial.

Feliz Día, madres adorables del mundo.

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