Sexualidad en El Oráculo de Diofanto


El camino  literario de Gerson  es  la narrativa, ahí a cifrado su esperanza, ahí a cifrado su inteligencia, ahí a cifrado su reflexión;  ese es su  mundo ontológico. Los personajes siempre están bien definidos con sus perfiles según el ambiente que les toca desempeñar, producto de su dominio estilístico, psicológico y sobre todo  el buen uso  de la técnica, casi ajena para algunos creadores liberteños.
Así lo demuestran sus anteriores libros: Los Intrusos, Cenaremos en Madrid y Otros Cuentos. Ahora ha emprendido un sendero más amplio, de mayor conocimiento y de mayor dominio literario, por ser una especie total, que precisa de todos los elementos y artes de la escritura. Y lo es esta novela de  título antiguo con un contenido moderno, cuyos personajes son parte de esta era competitiva y globalizada: El Oráculo de Diofanto, de la cual nos abocamos.
Entonces, El Oráculo de Diofanto, es una novela que simboliza, la vida, virtudes y defectos de este personaje de singular nombre. Se trata de una persona solitaria, con estudios universitarios inconclusos de Contabilidad, aficionado al periodismo y a la poesía. Convencido que Diofanto no era un nombre muy atractivo, decide reemplazarlo para tentar mejor fortuna en la vida. Buscaba y buscaba, se decide por Juan, que lo entendía como sencillo, aunque al final lo elimina.
Tiene un amigo locutor y redactor, Américo Sánchez Mimbela, con problemas de familia; intentaba un proyecto de revista; pero las dificultades lo hacen marcharse con Angelita Rosado, aquella voluptuosa mujer, quien anteriormente abrió el camino sexual a Diofanto, y ahora arrepentida por sus andanzas, abrazaba la doctrina del mormón o Smith.
En el registro civil conoce a Johana, bachiller en derecho y quien le promete ayudarlo  en su cambio de nombre; él se enamora por la fina atención y cariño con el que había sido atendido. Ella vino a Trujillo a estudiar Ciencias Políticas, disgustada por la imposición de seguir arquitectura, profesión de su padre. La madre, se encontraba en Italia. A ninguno le tenía cariño, porque uno deseaba imponer y otra, estaba lejos y distante del amor de madre.
Luego, en la cola para pagar la energía eléctrica, se hace amigo de Raquel, enfermera de profesión, rentaba una pensión universitaria; sola, ya que su esposo, hijo e hija, se encontraban fuera de la ciudad y el país. Se comprometen para tener intimidad, como lo hacían en todo reencuentro.
u vida, su oráculo, transcurre en el trabajo de la biblioteca, luego en reforestación, y entre Johana y Raquel. En realidad, Diofanto las deseaba a las dos; pero solamente una vez tuvo intimidad con Johana; en cambio con Raquel era una rutina; pero sin compromisos, conforme había sido el acuerdo inicial, incluso hasta tuvo celos de Johana.  Al final, enteradas del doble juego, las dos lo abandonan, retomando Diofanto su soltería.
Una beta por explorar lo constituye la sexualidad, Diofanto, celoso por el posible regreso del esposo de Raquel, piensa…”Si es él le reprocharás su descaro como si nada hubiera sucedido; pero después te meterás con él en la cama y lamerá ansioso como yo, tus senos, tu pubis, tu cálida entrepierna…” (pág. 45).
Otra muestra. Entró a la cocina donde ella preparaba limonada y sutilmente pasó las yemas de sus dedos por su cuello. Raquel cerró los ojos y le pidió que siguiera porque lo había extrañado. “No te voy a defraudar, Raquel. Tú me has enseñado que en lances del  amor no hay hombre feo, sino de poca palabra”. (P.117).
 Diofanto, deseaba a Johana… Pero yo me encuentro con tus muslos que curvan y endurecen de un modo extraño tu trasero. Perdón con un aire sicalíptico sería la expresión más adecuada…” (pág. 39).
El crítico literario, Segundo Castro García, sostiene que en el país durante siglos y hasta la actualidad, la sexualidad y su componente más refinado, el erotismo, se han confundido con el diablo y con el mal, es decir ideas religiosas sobreponiéndose a la naturaleza humana. (La Casa de Asterión, Huaraz 2008).
El filósofo nacional Juan Abugattas, piensa que el Perú no parece haber podido superar el burdo puritanismo  que trajo consigo la sociedad española de fines de la Edad Media, cuando se trasladó a estas costas (Abugattás: 1993).
Bajo esa premisa, el enfoque de sexualidad en la obra de Gerson Ramírez, es posible que encuentre reacción negativa de ciertos sectores de la sociedad, vinculados al quehacer religioso y a la sanción moral, que ven en el arte de la literatura solamente lo pecaminoso o diabólico.
Uno de los exponentes de la sexualidad en la literatura es Carlos Eduardo Zavaleta (+), en Sufrir con Cuidado (1997), el protagonismo sexual se ha trasladado de la mujer al varón, en el cuento integrante del citado libro, Puertas y Paredes Limpias,…Ella obstaculiza cualquier intento del inquieto y decepcionado Calixto: El Quería pasar a cosas mayores, ya casi eran adultos ¿no?
o que más permitía Nelly era sentarse en el césped del parque y dejar que él apoyara su cabeza en sus muslos (…) una noche inclusive rodó su cabeza y besó la carne tibia, pero nada más, porque la dueña se sacudía rápidamente  (pág. 347) El escritor Alejandro Benavides Roldán, reconocido en las letras nacionales,refiere que Gerson Ramírez, contribuye a la literatura con el tema de sexualidad, no muy explotado en los autores; en cambio sí enfocado por la producción femenina como Carmen Ollé, Rocío Silva Santisteban, entre otras.  

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