Poesía de Santiago de Chuco


“Duele la sobrevivencia del hambre en mi país, ver morir al hermano como perro, la inmensa oscuridad, duele la autocracia que concede honores, duele que no despierte el mundo en claridad, ternura, justicia  !cuándo terminará esta tortura para la humanidad¡”, escribe Hilario Esquivel Castillo  del grupo Katequil en Floreciendo Desde El Ande (Papel de Viento Editores, Trujillo, 193 pp,2016).

Poesía que aprehende la realidad nacional, descarnada y bronca, que denuncia el manto negro de la injusticia social;  para recuperar  los  valores, al amor y la equidad que deben existir en los diversos aspectos de la vida; expresiones que recuerdan el dilema de escritura pura y social de 1950 y la frase que perennizó Manuel Scorza:   mientras falte el pan a un niño, la rosa no podrá ser bella.

Beder  Carvajal,  revive al maestro Manuel Saavedra: Encarnaste la educación en tu pueblo/ aunque reacios primero, luego se rindieron ante ti/ ser responsable y honesto, nos enseñaste/ avanzar traspasando lejanos horizontes/. Esta gratitud se replica en el agradecimiento eterno a los maestros cuya sabiduría quedó sembrada en el sentimiento de los discípulos, y se respira cada vez que se trate de dar ejemplos y enseñanzas.

Igual línea de trabajo, muestra Flor Rebaza, para cuestionar a los mandatarios, quienes en vez de solucionar los problemas de los maestros, los agravan más y ensayan frases descoloridas para confundir al pueblo, ante  reclamos y paralizaciones de los docentes: Fujimori, te tildó terrorista/ Alan García, comechado/ Ollanta Humala, estúpido/ pero con la frente bien en alto/ no te  humillas ante el poder/.

Loas al comandante Luis de La Puente Uceda, por su valentía, sensibilidad social y espíritu revolucionario, ofrecen Óscar Vásquez Valencia: Ya es tiempo de salir del marasmo/ romper los corazones yertos ¡Comandante manda tus rayos y truenos/ a despertar tu pueblo dormido/  Carlos Aguilar Lizárraga: Eres mártir de la libertad del oprimido/ eres hombre, líder y soldado del bien/ destruiste el monopolio de ratas inmundas/ ofrendando tu vida en Mesa Pelada/.

Y, Víctor Guevara Benites, recrea el dolor, el lamento bajo un horizonte gris, del llamado héroe de la justicia y de los pobres: Has caído y te patean feroces/ ya tu alma se desprende al infinito/lloran los hombres de vanguardia/no morirás ¡El valor nunca muere!  /arrancan tu fusil, bailan en tu cuerpo/ avivan victoria, asesinos y cobardes/ analfabetos de la vida/ al caer se encienden las luces para siempre/  ¡Lucho de la Puente La Libertad!

E l  amor universal, abarca, Santiago Díaz Ruiz: Bajo el techado de paja te enamoré/en los umbrales tu nombre y el mío escrito está/ con lluvias, truenos y rayos te recordaré/ la muerte ni el tiempo podrán borrar/ nuestras huellas de amor. Y Walter Díaz Ramos habla de los desencuentros: No me preguntes por el río, testigo de nuestro amor/ con pena te lo digo el mar lo devoró/ no preguntes por los suspiros, el viento lo llevó/.

Voces ya reconocidas completan la edición:  Alejandro Benavides, Wellington Castillo, Danilo Sánchez, Ángel Gavidia, Erasmo Alayo (+), entre otros.
                                                                                                                 

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