El Hereje, cuento de Luis Fernando Cueto

 El Hereje es un texto conformado por diez narraciones de Luis Fernando Cueto (Chimbote 1964), el cuento que da nombre al libro, cuestiona el sincretismo fanático religioso, la estupidez mental de sus líderes,  y ayuda a preguntarnos sobre la evolución de su doctrina, la censura a la libertad de culto y de la transmisión del conocimiento universal.

La narración desarrollada en espacio trashumante, mágico e imaginativo, se ubica en tiempos del Santo Oficio, de la Inquisición, de los mil quinientos setenta , en el que no adorar el símbolo cristiano, era abjurar, ser apóstata e identificarse con el enemigo; por lo tanto llevado al cadalso o a la hoguera.

Así, perdió la vida el doctor Arquímedes Acuña, quien ayudó mucho a las personas, con sus sabios conocimientos pero fue ajusticiado por la  negativa a la religión. Y su hijo Giordano, enseñado por su tutor, convertido en erudito, causó polémica entre los censores.

A tal punto, que insinuaban si el conocimiento era producto del demonio. Y contra todo crisol noseológico y de claridad mental  “… estamos muy ansiosos por conocer el dictamen final, deseosos por saber si la herejía es o no es hereditaria, si se trasmite, o no, a través de la sangre”. (pág. 156).

El cristianismo ha crecido con el tiempo, sus feligreses y cultores habitan las zonas más alejadas del planeta, educando, asistiendo en salud y alimentación, dando esperanza a los más desposeídos, luchando hasta el último para conservar la vida en paz y tranquilidad.

La libre interpretación de la Biblia, el libro más vendido y de todos los tiempos, originó la presencia de muchos grupos, algunos llevados adelante por personas con escasa instrucción y cuestionable moralidad, conforme se puede leer en las redes sociales.

El poco legajo interpretativo de la vida y la cultura, hace que algunos pastores, antes que al lado científico, acudan al imaginario popular y deslicen teorías absurdas. Conversando con algunos evangelistas, explican que no se vacunan contra el Covid 19 porque Dios los protege. Y que la vacuna tiene  la finalidad de controlar a la gente desde una computadora del tamaño de una casa de tres pisos, a cargo de la bestia 666.

El fanatismo cierra las puertas al pensamiento libre y horizontal, no le permite expresarse ni desarrollarse, lo encapsula en el oscurantismo. Cada vez y con mayor lucidez debe reinar la luz del saber en buena interpretación y con fe. “Jesús dijo: tal como piensa el hombre en su corazón así es él. Y Salomón: según piensas en tu alma, así es.” (Metafísica 4 en 1, Conny Méndez, 2005, Venezuela).

El texto inicial del libro, Último paradero, también es un ejemplo de la mala religión, la confusión y del fanatismo absurdo, una persona es asesinada por la acusación de una mujer enviada de Dios, para combatir a los enemigos y malignos…”los ronderos amarraron al hombre al poste de luz y doña Céfira pidió, que entre todos lo rematen a piedras…” (pág. 20).

El Hereje, (Ed. TRASCENDER, Lima 2018, 156 pp.) confirma el  fecundo vuelo literario del autor, demostrado en sus anteriores obras, como El diluvio de Rosaura Albina (2014), en la que aborda la prostitución y los lenocinios del Chimbote de la época de oro de la pesca, en  1970

Y en la que se hablaba de la existencia de 200 clubes nocturnos, atendidos sólo por hermosas mujeres extranjeras, lo que dice de la cantidad de dinero existente en la ciudad. La inventiva sentida y colorida de Luis Fernando Cueto, recuerda a la grandiosa letra de Isabel Allende, ya por la musicalidad, el ritmo y la sensibilidad de los personajes, de tanto impacto en los buenos lectores.

 

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