Segundo, con nosotros, en Navidad

Noche brillante, cielo estrellado, y cantos del alma en el pentagrama de tu corazón y en el de la humanidad. Segundo puntual, con sus manos bondadosas extendiendo ese documento esperanzador en el que cifrábamos la continuación de nuestros pasos por la tierra, la alegría de entender a Ino Rossi, Maruja Barrig, Arguedas y otros autores de escritura sociocultural, y aún sin padres, forjàndonos una carrera universitaria para felicidad de nosotros mismos.



Vegetación exuberante, brillante como el mismo sol; fresca y natural como el agua fuerte del Quilcay. Ya docente universitario y muy preocupado de su profesión, adquiría con emoción sus textos con el cuarenta por ciento de su paga; se daba maña para vivir, comer y estudiar. Mientras yo, pensativo, disfrutaba de la mayoría de su esfuerzo. Nunca me miro extrañado; por el contrario, me alentaba: “estudiando se triunfa”.



Horas nocturnas de suspiros, bañando mi pecho emocionado, agua clara ilusionada, recorriendo el sin fin de la palabra viva y colorida. Se hizo conocido en la suiza peruana y ganó un espacio meritorio, dàndose el chance de ser solicitado por los alumnos para la cátedra literaria respectiva; luchó aquí, allá y acullá, se hizo de prestigio expectante y ascendente con identificación mayor de sus alumnos; exigencia, orden, respeto y sacrificio era su formula.



Maravillosa descripción desde el salón ocho de educación de la ciudad universitaria; árbol gigante en pleno verdor, extendiendo sus alas a nuestra ventana, relajaba la visita, para el cumplimiento de nuestros programas de clase; y Segundo laborando y laborando, cada mes estiraba contento el tesoro para la inteligencia y progreso.



Los cañaverales altos y sinuosos eran acompañados por el cantar de los gorriones, perseguidos por la felicidad de su canto; nuestro profesor, Nyler Segura Vàsquez (+), parado conversaba con los alumnos, visionarios de los problemas socioeconómicos del país; hicimos amistad, nos ganamos su confianza, alternamos con Elmer Sánchez, Ronald Ramírez, Lucho Flores, el gordo Jorge Díaz León, la belleza femenina la ponían Maritza y Gladys. Segundo, daba conferencias sobre Oscar Colchado y otros escritores andinos.



Como ciertos meses, cambiaba el mundo, era ya el adviento, la llegada del Señor, las casas se adornaban teñidas de luz para abrir su corazón de par en par, nos reunimos a beber cerca a Navidad, porque los amigos deberían viajar a su santa tierra a reunirse con sus familia. Elmer era siempre quien estaba dispuesto a responder con la economía; y sonreía de lo mas alegre, como sigue siendo su carácter hasta la fecha, hoy con buena y bonita esposa, Toñita y sus vástagos, crecidos en buena educación, como la de antes. Esa si que era educación de calidad



Para este año, ha prometido estar con su familia junto a la de los hermanos añorados; nos vemos después de una largura de tiempo en esta festividad cristiana, que hace posible el reencuentro familiar y la intensificación de lazos amicales. Seguiremos adorando al Señor, nuestro Padre Celestial, queriendo a los hijos, la familia y los amigos, porque como dijo Cristo “amos los unos a los otros”.



Juntos: Segundo, Hipòlito y Juan; cada uno con su familia y dàndonos el abrazo pascual, como hace tantos calendarios en que la vida era pequeña; hoy a crecido a la par con nosotros, más ancha, fuerte sus aguas, inmenso su caudal; pero lo sabemos cruzar con la balsa de la sabiduría aprendida en la universidad, claro, la Nacional de Trujillo, alma mater de la familia.

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