La Poesìa de Washington Delgado


El maestrazo, como lo llamaban sus alumnos, Wáshington Delgado Tresierra (1927-2003), sembró conocimiento inmenso, ya en las aulas sanmarquinas, ya en los centros capitalinos, ya en los aires helados de la patria, donde iba solícito, premunido de su docta literatura para hablar de la biografía de algún escritor, la historia o las nuevas adjetivaciones de la Lengua. Era directo, hablaba sin artificios, señalaba los errores para corregirse, no había hipocresía en sus conceptos. Pensaba que era una de las maneras de avanzar de los aedas.

"Conocí a Delgado en los años 80 (...). Rememoro, con claridad meridiana, el brillo de su exposición; la erudición que insuflaba su discurso y el conocimiento no solo del arte de todas las épocas, sino algunos ribetes fundamentales de la ciencia contemporánea. Conversar con él era una amena tertulia y asistir a la presencia de un ser humano brillante, que exhibía su sabiduría sin ningún rezago de intolerancia ni de presunción". (Camilo Fernández Cozman: 2012).

Llegó a Trujillo, hace algunos años para referir la obra de Justo Peláez Ríos (+), poeta y Decano del Colegio de Periodistas, aquel tiempo. "Usted es un Decano y un poeta, que debe cuidar mucho la palabra, tiene doble misión y doble función. ¿Qué es eso de que un candado encierra mi corazón?, ¿candado, es acaso palabra poética?. Y así iba desentrañando las escritura de manera minuciosa y en hondura.
Mientras escuchaba los comentarios, señaló Justo, parecía que me iban despellejando, me iban sacando la piel pedazo a pedazo; pero es el riesgo de los creadores, transmitimos el testimonio espiritual, seguramente hay limitaciones y es el reto  continuar puliendo y estudiando. En letras hay puerto de partida pero no de llegada, nunca se sabe que altura tiene el hallazgo final. Tomo las palabras con calma y sabiduría, pues vienen de un maestro identificado por su calidad y sabiduría, reconocido en el país.
Justo Peláez Ríos, nació en 1944, fue miembro del grupo Continente, ganó un premio ruso y escribió en la revista Casa de las Américas de Cuba. Publicó Cantares de Guerra (1972), de resonancia ideológica con una percepción reivindicativa. "Contiene gran parte de sus ideas respecto a la sociedad y el hombre, es una poesía de temática política y filosófica; y Recóndita Serenata (1989), constituye el resultado de una larga y persistente batalla por encontrar las claves musicales y estéticas de las palabras", refiere Saniel Lozano Alvarado en  Literatura Regional de La Libertad (Trujillo, 2009).
A 9 años de la desaparición del maestro de San Marcos, su obra continúa suscitando interés, su paso por la cultura mantiene huella viva y desentrañable para los jóvenes estudiosos. El respetable crítico, Camilo Fernández Cozman (Lima, 1965), entrega a la luz "El poema argumentativo de Wáshington Delgado", que interpreta dos poemarios fundamentales: Para Vivir Mañana (1958-1961) y Cuán impunemente se está uno muerto(2003). Lo trabaja con un método interdisciplinario siguiendo la Retórica General Textual del italiano Stéfano Arduini.
Revisa la lírica de Delgado con las tendencias más relevantes de la generación del cincuenta, incide en la retórica de las figuras literarias, sin olvidar el aparato  ideológico y del universo del autor. O sea que la Elocutio (estilo) debiera estar articulada a la dispositio (estructura  temática y formal) y a la inventio (el universo de las ideas). El libro contiene las claves de la nueva crítica literaria, fundada a partir del año 2000, nutrida de historia, análisis en una proyección interdisciplinaria, pues siempre se aprecia influencia de la realidad en en quehacer inventivo.
La producción de Delgado Tresierra se ubica en 1950, año en el que se suceden fenómenos migratorios, proceso de urbanización y formación de barriadas, movilizaciones del campo a la ciudad, "en búsqueda de mejores de condiciones de vida", como refiere Julio Cotler y otros estudiosos de las ciencias sociales, en repetidas investigaciones. Y fue una época en la que "No hubo -durante la dictadura de Odría- democracia ni una cultura de tolerancia en el Perú, pues se persiguieron y encarcelaron a los líderes y políticos de oposición.
Con esta entrega  Camilo Fernández,  revolara a un poeta cuya obra todavía falta estudiar y revela los nuevos enfoques de la crítica, que debemos implementar en la labor cotidiana, conforme se maneja en otras partes del continente. Fernández también ha publicado: Las Ínsulas Extrañas de Emilio Adolfo  (1990), Ritual del Silencio (1995), Las Huellas del Aura, la poética de Eilson (1996), Raúl Porras Barrenechea y la Literatura Peruana(2000), Mito, Cuerpo y Modernidad en la Poesía de José Watanabe 2009), entre otros.

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