Creencias populares en la obra de Adolfo Alva Lescano

El Infernal aparecido y otros cuentos,  de Adolfo Ava Lescano ( Cascas,1918-Trujillo, 2019), revive las creencias  populares de la costa y la sierra, lo conforman cuatro textos, que acentúan el imaginario del poblado, respecto al crimen, la muerte, el amor frustrado,  y  la riqueza vedada, el poder de la fe y la oración.

El relato inicial, El Farol Fantasma, plantea asalto y muerte, es la vida de siete criminales, uno fallecido, regresa a la  tierra, ordenado por Lucifer, porque no fue muy malo, y debería cumplir otra tarea. “En ella peregrinarás eternamente por sus llanos, por sus abismos y sus páramos. Te harás presente sólo por las noches… (p.5). 

Y se aparecía por los caminos de herradura, asustando e infundiendo temor a los viajeros. ”Por las noches recorre los parajes, donde en pasadas épocas, había realizado su siniestra misión; pero ya no como hombre de carne y hueso sino convertido en un farol fantasma, cuya luz mortecina alumbraba a gran distancia”. (pág. 7).

En el segundo, El carretón de oro, expresa una vedada riqueza, un agricultor era dueño de una parcela cerca de una huaca, la curiosidad lo lleva a explorar y descubre un carretón de oro; lleva a sus compadres para apropiarse del metal, ya que la  ambición impedía compartirla con los vecinos. Pero en dos ocasiones el carromoto, desaparecía.

“Sucedió un acontecimiento mágico: el gañán despertó de su encantamiento, aguijoneó la yunta y emprendió veloz retirada con dirección a la Huaca Prieta, se internó sin dejar rastro (pp. 10-11). Suele decirse que cuando la suerte no es para uno, es necio insistir; y cuando toca, en buena hora y todos felices, y sino a llorar al río, como dice la canción.

Tal vez nuestros actos cotidianos, no son los adecuados, somos amigos del egoísmo, la maldad, la avaricia. Y el agricultor mostró excesiva ambición, no pensaba compartir el tesoro, por eso tal vez no le llegó el platal. “…alguien que no merecía recibir tanta fortuna fue la causa de que se perdiera en la inmensidad del mar” (pág. 10).

El tercero, La serpiente amante, refleja el amor frustrado y el distanciamiento entre el hombre y animal; Nicanor Ríos, amaba a su amiga con intensidad inusual,  su ideal fue el matrimonio pero ella fallece.”...el negro manto de la desdicha: la bella compañera de sus días más felices le fue arrebatada bruscamente por la muerte” (pág. 13).

Nicanor se consolaba en los parajes, recordando las vivencias junto a su dulcinea; la pena lo llevó a silbar una melodía sentida y apasionada. “… asomó de debajo de la piedra que le servía de asiento una pequeña culebrita, empezó a pasear por todo su cuerpo, mostrando a través de su serpenteo cariñoso una vivaz alegría… (pág. 14).

Después se ausentó del lugar y regresó al cabo de buen tiempo, con mayor experiencia, producto de su convivencia social, enriquecida de la vida; pero el recuerdo pudo más y la pena lo regresó a los caminos sentidos, enamorados, ubicándose en la misma zona y silbó el mismo tema de antaño, ¡oh sorpresa!, debajo de la piedra seguía la culebra.

Salió el reptil ya enorme, jugó como antes, se enroscó en su cuello y advirtió cierta nostalgia en el viajero, parecía negarse a escuchar dicha canción. ”Era como si su melodía le doliese. Poco a poco hizo presión hasta romper el cuello del visitante, extinguiendo su vida para siempre (pág. 16).

La última, El infernal aparecido, evidencia el poder de la fe, la oración y la religión. Dice la Sagrada Escritura, “todo lo que pidiereis es oración, creyendo, lo recibiréis” (Mateo, 21-22). Y en efecto, los moradores ante la aparición de un macho cabrío, que asustaba de manera física y por su estruendoso balar, oraron e hicieron caravanas de fe.

Retornó la tranquilidad, y el  regocijo, la calma. La cruz que es el símbolo de la fe, quedó prístina en el corazón del pueblo. ”No volvió a presentarse aquella imagen demoníaca y los viajeros, llenos de seguridad retomaron su acostumbrada actividad, sin el peligro de hallarse con la horrenda imagen del infernal aparecido” (pág. 18).

El lenguaje del libro es limpio, de un experto de las letras; y sus oraciones construidas de fácil entendimiento; la experiencia de maestro lo lleva a escribir, como si hablara; percibiéndose un halo de tranquilidad al conectarnos con su introducción, exposición y desenlace, narrados de tal manera que engancha al lector desde el comienzo.

Parecidas historias también escribieron Saniel Lozano y Bety Sánchez: La Tierra Encantada: Leyendas de la Libertad. Por su parte, Rafael Mendoza (+) publicó Imágenes de Arena; Celeste Bernabé y Gianella Vidal, editaron Virú, Tierra de Encanto y Tradiciones; Agustín Carlos Alva Bazán, Leyendas, mitos, historias y creencias.

Todos los lugares del mundo tienen su mitología. “Un conjunto de composiciones literarias (mitos, leyendas, relatos), doctrinas, ritos y costumbres, que con el correr de los tiempos, son transmitidos, por vía de la comunicación oral, de una generación a otra”. (Jorge Osterling, Debates de Antropología, página 189; PUC, Lima 1980).

 

 

 

 

 

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