De Verde Olivo: amor a la familia y defensa de la patria
Agustín Carlos Alva Bazán ya camina en la madurez, después de batallar fuerte con la palabra; desesperado e incansable pero con afecto, constancia y fe, conquista un espacio ascendente en las letras regionales. Sabe que el verdadero sendero, no es el lleno de rosas, sino el lleno de espinas, como refiere en Yerma, el granadino español universal, Federico García Lorca.
De Verde Olivo se ha estructurado en base a la memoria y acontecimientos impactantes de una época juvenil rebelde, presionada por la realidad familiar incomprensiva y por esa tradición de servir a la patria, que origina pavor, prejuicios ya en los hermanos, ya en los padres, ya en las madres, haciendo malabares para sacar del cuartel y regresar a los hijos a la casa.
La vida militar, en base a ejercicios físicos y de armas diversas, a veces extremos, dispuesto al enfrentamiento bélico, si fuera el caso, es la rutina y lección que reina en los corazones de los nuevos uniformados; el crecimiento espiritual también gana y cambia la personalidad, el trato, los ademanes, las tonalidades de voz, infiriéndose la transformación en el ser humano.
Entendiéndose que la obediencia absoluta y la puntualidad son cualidades que ayudan a forjar una sociedad con mayor participación disciplinada, orientada hacia mejores logros que determinan altas cualidades alentadoras para superar el estilo de vida.
La tensión sentimental, se percibe desde el inicio, en el amor a la madre, hermanos, familia y propios coterráneos. Y con mayor notoriedad, la fortaleza, el arrojo, la valentía para vestir el uniforme sagrado de la patria, llevando el triunfo en las manos y el pecho, en tiempos de paz y de guerra.
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