Revista Laredo



Aquella juventud de 1973, hoy se ha reencontrado otra vez, como ayer, para alzar y brillar la pluma, ya demostrada en El Amauta Orrego y Chopitea. Hoy con el nombre de Laredo, tan significativo para renovarnos, defender su entorno y seguir cantando a la libertad, cuya melodía inicial partió del pecho humilde y sencillo de viejos trabajadores, que pagaron con su vida tan hermoso himno, en señal que la historia debe seguir.

La cultura, concientización, riqueza material y espiritual, jamás debe ser ajena al ser humano, le ayuda a conocerse a sí mismo, le ayuda a involucrarse en su problemática y le ayuda a mejorar su estilo de vida, extendiendo generosamente su mano y reflexión a quienes por razones de la vida, son indiferentes y ven con lejanía la ayuda social.

Ya Henry Ford en la cincuentena de la vida; de pronto descubrió que el dinero ya no le daba felicidad, se sentía solo. Empezó a confraternizar y a compartir, y revivió nuevamente. Porque muy cierto es, cuando el Señor nos llama, nos vamos como nacemos, sin nada sólo con el feliz recuerdo de haber compartido y haber feliz a los demás.

Por ello es fundamental cumplir con el rol asignado a cada autoridad, persona o profesional; de tal modo que así una sociedad o un pueblo demuestra mayor civilización, se pone a la altura de los cambios, de la modernidad y no aparece lejana como una aldea, tradicional y renuente a la transformación.
Un medio de comunicación brinda educación y cultura, sin olvidar su objetivo fiscalizador, la de denunciar a las malas acciones y a las autoridades que por su viveza criolla, piensan que los ciudadanos son unos tontos y mudos ante las fechorías. Por eso Laredo, bregará mucho, pienso para entregar al lector, un buen material en cada edición.

Una denuncia jamás debe quedar a medias, hay que esclarecerla cuando se cuentan con los medios disponibles. Y hay que ampliar la información cuando los hechos son de aparente confusión, como por ejemplo el famoso Proyecto de Agua por Gravedad, que ya no es tal sino que se ha replanteado, la construcción de una poza de tratamiento o laguna de oxidación, que hasta donde se sabe, no formaría parte de dicho proyecto, el recorte de terreno a los estudiantes del Chopitea, la falta de médicos especializados en el hospital del Minsa, conocido como Posta, entre otros temas.

Los muchachos de ayer, con Andrés Aguirre, al mando, siguen las huellas trazadas para servir siempre a la sociedad y al pueblo que nos vio nacer. Laredo, se perennizará en el corazón de los lectores.

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