Corazón de Jesús, la fe mueve montañas

 La pandemia, nos asusta y hace inclinar nuestra mirada hacia el Señor, padre Celestial. Y las manifestaciones católicas y de fe aumentaron, volviéndonos más humanos y más sensibles con el dolor ajeno. El mensaje se ha entendido para reconocer el poder celestial y la pequeñez del hombre de carne y hueso, quien debe redimirse del error e integrare a un nuevo orden de vida personal y social.

Nosotros recordamos, mediante el presente comentario, el compromiso católico y de seguir alabando la palabra del Señor. “La Fe mueve montañas” es una frase antaña y sabia, que pone a prueba nuestro sentimiento y plenitud de la percepción económica, social, cultural y humana.

Pide con fe equivale a decir pide de corazón, con alma y Dios te concederá. Por más difícil, la fe se impone y corona con triunfo cristalino. Y es uno de los temas del último libro de Henry Sánchez Vargas, llamado "Corazón de Jesús" (Papel de Viento Editores, Trujillo 2016)

La fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Y es más, refiere Hebreos 11,  “con fe se constituyó el universo, de modo que lo que se ve, fue hecho de lo que no se veía”. Por tanto no hay duda cuando el personaje principal, en el relato que da nombre al texto, confirma su fe, revela la grandeza católica y firmeza de los cristianos.

 

Relata “apareció un corazón del tamaño de un puño adulto, que se dirigía sobre mi cabeza. Tenía una aureola amarilla suave sin color determinado, una mezcla de ámbar anaranjado, amarillo vivo y rojo amarillento. Por dos veces se repitió la presencia del corazón en todo su esplendor”.

 

El Padre Celestial extiende su generosidad y afecto mediante palabras y símbolos, lo que debemos honrar con humildad y agradecimiento por ser los elegidos bajo aquel manto sagrado de cariño y misterio, vastedad y omnipresencia, pureza y perdón ante el hacedor celestial. Luz divina que tranquiliza el espíritu y el cuerpo, conforme ocurrió con el protagonista y pudo por fin nombrar “Corazón de Jesús” al grupo católico de su estancia, luego de una larga búsqueda solicitada al Señor.

 

El texto es de religiosidad y amor en hondura, como se aprecia también en La Mamita, o La Virgencita de la Puerta, que nos remece para recordarnos los ofrecimientos; la oración que desaparece tumores en Orar, Orar y Orar; el tremendo afecto a las mascotas demostrada en Mi Hijita Cana, que nos conmueve hasta las lágrimas. Y se complementan con estímulos a la superación y el buen comportamiento.

 

De igual sentir está nutrida la poesía para alabar al Creador, los padres que sufrieron para traernos al mundo, educarnos y darnos ejemplos de vida. El canto a la amada, que ya no regresará; pero que siempre la recordamos, que siempre nos hace suspirar y sin embargo debemos continuar en este devenir cotidiano. Narración y poesía, que sensibiliza y hace más humanos en Dios, el amor y la fraternidad.      

El autor, Henry Sánchez Vargas, es comunicador social y junto a su esposa Sonia Quispe integran el grupo cristiano Corazón de Jesús, por muchos años, dedicados a cultivar la oración y la fraternidad. Otra de sus obras habla de la delincuencia y la corrupción en el país, rememorando los hechos de Isaac Felipe Montoro en "Las Ratas del Castillo".