Vida, hombre y universo
"El Hijo del Universo", es el título del libro de Julio Garrido Malaver, (Cajamarca, Celendín 1909-Trujillo, 1997), que examina la vida, el hombre y el universo, es un ensayo que mediante un lenguaje metafórico y sencillo expone una reflexión profunda acerca de Dios, el ser humano, la creaciòn divina y la evoluciòn de lo hombres en el universo natural y metafísico, adentrándose en interpretaciones sobre la creación, el amor, muerte, destino, cielo, tiempo ,cadáver, la piedra, forma y contenido, la nada, el hombre y el valle, imperfección y privilegio de la naturaleza y otros interesantes tópicos que conjugan el rol de las personas en la naturaleza terrestre, social y humana.
El texto recuerda la profundidad de Antenor Orrego (1891-1960), en su "Monólogo Eterno", en el que reflexiona sobre la sociedad, amor, arte, belleza, vida, muerte y cielo, a través de un lenguaje impresionante y conmovedor, que linda con la preciosidad del novelista colombiano José María Vargas Vila (1860-1933), muy colorido, lírico y romántico, transparente como el brillo del cristal. El libro que nos aboca se inicia con "Derrepente tuvo la sensación de que se le arrancaba el corazón, y que, caíasele hacia lo más adentro de si mismo". Jesucristo está en la cruz, doloroso y aturdido, por eso el escritor dice: "El vacío giraba en su cerebro".
Luego encontramos en el modo del lenguaje, una figura literaria denominada símil, es decir una comparación. "Lo poco que aún era se escapaba de él como se escapa el humo prisionero cuando encuentra salida para ser libre". O sea se estaba desvaneciendo y le quedaba un poco de vida con respiraciòn débil, enrarecida; pero vivo de todas maneras, para cumplir con su mensaje y el rol que se le encomendó en la tierra. Lo que confirmamos al final del pensamiento,"Como si todavía le quedara otro despertar", seguía su misión ardua, dura para salvar del pecado a la humanidad.
Hay una meditación sobre la vida versus muerte; fallece, se extingue todo lo que tiene vida. Y todos somos de muerte, dice el verso: "fosas y más fosas" y "las únicas formas de su ingenio creador". Si se muere es porque se ha tenido vida, y si hemos cumplido bien el papel en la tierra, la recompensa, la luz eterna del bien será el cielo. De lo contrario, el infierno espera a los pecadores. "Pensemos y tengamos la seguridad plena de que todo aquello que ya fue, no volverá a ser nunca jamás", o sea que "no se puede bañar dos veces en la misma agua". Lo pasado no puede volver de la misma manera, tal vez regrese pero en otro molde.
Otra disquisición es el dolor, tristeza y amor, "El dolor es dolor si nada crea". Está relacionado con la producción artística y cultural; sabemos que no se justifica la vida académica, si es que un docente, por ejemplo, no publica libros, separatas o folletos, si un artista no hace exposiciones pictóricas, si un actor no hace representaciones teatrales. Y si un escritor cae en el marasmo, vive de recuerdo, no se actualiza y tampoco hace publicaciones ni periodísticas ni literarias. El dolor es asumido como un proyecto de vida, realización plena, concepción amplia de la existencia. De ahí la afirmación, "El dolor es un proyecto de creación, que importa cruel castigo cuando no gana la calidad de fruto". Doloroso, para quienes vegetan en el poder, cabeza erguida, pecho hinchado, mirada seria y cínica, y no publican, no escriben, no muestran pálpito, ni aliento de vida.
"El HIjo del Universo", Ed. SEA, Trujillo 1999, a doce años de su difusión, sigue siendo el laurel más alto, profundo, filosófico y metafórico de Julio Garrido Malaver, expone el tránsito humano desde su origen, sufrimiento, valor y conquista, hasta su realización como humano civilizado,alcanzando el cielo y su liberación eterna.
El texto recuerda la profundidad de Antenor Orrego (1891-1960), en su "Monólogo Eterno", en el que reflexiona sobre la sociedad, amor, arte, belleza, vida, muerte y cielo, a través de un lenguaje impresionante y conmovedor, que linda con la preciosidad del novelista colombiano José María Vargas Vila (1860-1933), muy colorido, lírico y romántico, transparente como el brillo del cristal. El libro que nos aboca se inicia con "Derrepente tuvo la sensación de que se le arrancaba el corazón, y que, caíasele hacia lo más adentro de si mismo". Jesucristo está en la cruz, doloroso y aturdido, por eso el escritor dice: "El vacío giraba en su cerebro".
Luego encontramos en el modo del lenguaje, una figura literaria denominada símil, es decir una comparación. "Lo poco que aún era se escapaba de él como se escapa el humo prisionero cuando encuentra salida para ser libre". O sea se estaba desvaneciendo y le quedaba un poco de vida con respiraciòn débil, enrarecida; pero vivo de todas maneras, para cumplir con su mensaje y el rol que se le encomendó en la tierra. Lo que confirmamos al final del pensamiento,"Como si todavía le quedara otro despertar", seguía su misión ardua, dura para salvar del pecado a la humanidad.
Hay una meditación sobre la vida versus muerte; fallece, se extingue todo lo que tiene vida. Y todos somos de muerte, dice el verso: "fosas y más fosas" y "las únicas formas de su ingenio creador". Si se muere es porque se ha tenido vida, y si hemos cumplido bien el papel en la tierra, la recompensa, la luz eterna del bien será el cielo. De lo contrario, el infierno espera a los pecadores. "Pensemos y tengamos la seguridad plena de que todo aquello que ya fue, no volverá a ser nunca jamás", o sea que "no se puede bañar dos veces en la misma agua". Lo pasado no puede volver de la misma manera, tal vez regrese pero en otro molde.
Otra disquisición es el dolor, tristeza y amor, "El dolor es dolor si nada crea". Está relacionado con la producción artística y cultural; sabemos que no se justifica la vida académica, si es que un docente, por ejemplo, no publica libros, separatas o folletos, si un artista no hace exposiciones pictóricas, si un actor no hace representaciones teatrales. Y si un escritor cae en el marasmo, vive de recuerdo, no se actualiza y tampoco hace publicaciones ni periodísticas ni literarias. El dolor es asumido como un proyecto de vida, realización plena, concepción amplia de la existencia. De ahí la afirmación, "El dolor es un proyecto de creación, que importa cruel castigo cuando no gana la calidad de fruto". Doloroso, para quienes vegetan en el poder, cabeza erguida, pecho hinchado, mirada seria y cínica, y no publican, no escriben, no muestran pálpito, ni aliento de vida.
"El HIjo del Universo", Ed. SEA, Trujillo 1999, a doce años de su difusión, sigue siendo el laurel más alto, profundo, filosófico y metafórico de Julio Garrido Malaver, expone el tránsito humano desde su origen, sufrimiento, valor y conquista, hasta su realización como humano civilizado,alcanzando el cielo y su liberación eterna.
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