Pandemia y poesía

 Romances a la Carta (Ed Beta, Trujillo 2021, 107 pp.), poemario de Franco Chico (1961), refleja la angustia, miedo y dolor de la pandemia originada en marzo del 2020. Escrito en un lenguaje sencillo, su profundidad está en la pintura del sentimiento, en el multicolor de la palabra, en la altura del compromiso humano para continuar respirando en este valle existencial.

Similar al vate grande capitalino, Eduardo Chirinos (+), quien dice mucho y sustrae su verbo del común  humano y sus pasos habituales; Franco, acoge dicha creación y agrega elementos terrenales y del cielo, para solicitar tembloroso pero con esperanza un día más de vida. Un minuto más para apreciar y revivir el cariño a la familia, amigos, seres amados y al entorno social.

El libro se abre con el prólogo dicho en verso, se fija y pondera la pureza del cielo, mar, estrellas, el universo todo; asimismo, la buenaventura de ser y mirar en circunstancias muy difíciles, muy delicadas para el hombre. Acude a su ecuanimidad y sobre todo a la fe, esa fuerza espiritual que fortalece nuestros sentidos y ayuda a convivir, sortear las dificultades y a crecer internamente. Esa es la motivación para escribir.

Refiere: “La fe y el distanciamiento sellaron, en este año, mi profesión de poeta, mi identidad de romántico, y el tiempo, que nunca sabe de dónde viene el espanto, selló la edad de la muerte, el duelo, el amor y el llanto. / Entre el amor y el esfuerzo con que los seres humanos dan luz a una nueva vida, aquí yo extiendo mi mano y toco la poesía que se mantuvo esperando entre las alas abiertas de este amor renovado” (pp. 16 y 17).

Cuan duro fue el claustro, el encierro, para garantizar el aire que acaricie nuestras mejillas y continuar remando en el océano, cuyas aguas venenosas debimos surcar con suerte, optimismo y amor en el Señor. Muchos se quedaron en la orilla, otros sucumbieron en la hondura malévola de la espuma negra. Y los miles de ayes y ayes, que alteraron la paz, por la despedida eterna de la familia y el fin del pan laboral.

El autor en código tenue y sublime reafirma los pies sobre el planeta, canta al amor y la vida, después de los dolores, todos somos uno, una sola voz, un solo puño. Señala: “Aquí estaremos siempre, junto a quienes amamos. Ellos son nuestros padres; ellos, nuestros hermanos. Ellos son nuestros hijos; ellos, la luz y el canto… Hemos vuelto a nosotros. El día ha empezado” (pp. 104-105).

Franco Chico Colugna ha publicado Árbol de música (1977), La Casa y el retorno (1980), Libro del amor y del adiós (1982), El fuego infinito (2000), Canción Continua (2017),  y Sonetos a la carta (2019). Formó parte del grupo Nuevo Amanecer, junto a Diomedes Morales, Beethoven Medina, Adán Cabanillas, entre otros.

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