Tata mira mi dente

Tata mira mi dente
(Tradición Oral)
El duende de la cueva de Huacapongo, es un cuento de Juan Rosado nutrido de los mitos, de aparecidos y demonios. Un anciano capta el llanto de una criatura, la recoge,  y oye : Tata mira mi dente. “Mi bisabuelo al escuchar estas palabras observó al niño y advirtió que tenía la cabellera rubia y unos colmillos que le sobresalían de la boca, y  arrojó al río, escuchando: ¡So viejo cojudo, un poquito más y te comía! (pág. 23).El relato figura en la revista Alfarero, que ha cumplido diez años en la cultura.
Agregamos que pensamiento mítico y pensamiento lógico se complementan, no constituyen un divorcio, expresan el imaginario de las personas con sus ideas, creencias, tradiciones y costumbres, conforme lo reconoce Víctor Paredes en la revista UNASAM, 2016:197, Antúnez de Mayolo de Huaraz.
Y abre con un interesante trabajo de Ana Melva Dionicio, titulado Nuevos Estudios sobre Blasina Escobedo, se trata de la lideresa que  juró “nunca más pertenecer a una hacienda y “defender esa tierra hasta morir”. Por su parte Diomedes Morales comenta el libro Sampedranías  de Luis Cabos, en la que se manifiesta el amor a la tierra, San Pedro de Lloc.
Y Cabos Yépez, escribe “El dueño de la pelota”, que habla del entretenimiento y la práctica del fútbol “hasta que la oscuridad impedía vernos”. Ya sé lo que estás recordando, es un cuento de Víctor Plasencia  que habla de la ternura y afecto. El docente José Vargas, presenta la narración Lo que dijo un asno. Cuestiona la demagogia y el falso sentimiento para defender a la masa y solucionar sus problemas y necesidades.
Juan Castro, refiere que en El Monje de Praga, libro del reconocido Marco Martos, se aborda la mediocridad académica. En poesía, Linda Vargas, se inspira en el amor, ese afecto universal e inacabable. Jorge Ruiz, loa a su tierra amada, al azul inmenso de su cielo y a la transparencia de las estrellas. José Valverde, propone en La Marca de los años en una mujer ejemplar, la importancia del recuerdo, el reconocimiento y la valía espiritual de los seres que amamos.
Y cierra Eligio Alas Mendo con su humor, una sátira a la ociosidad y de práctica al trabajo, el hogar y la familia. Alfarero número 11, vocero del mismo grupo literario expresa tres géneros literarios: poesía, cuento, ensayo; asimismo, periodismo y humor. Su valor estético es apreciable y alcanzado por la experiencia de sus integrantes, con largos años en la batalla literaria. Su líder Diomedes Morales Salazar, agradece a las instituciones y personalidades, su adhesión con la educación y la cultura.



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