A un año de la muerte de Wellington Castillo Sánchez (II)
Si bien hay encanto, dulzura, afecto y perfeccionamiento en la escritura de Wellington, se debe a la concatenación y la fuerza expresiva de la realidad social, representada por aquel hombre y mujer de la tierra que lucha por una propuesta más fraterna de la familia y un sentimiento más cercano a la felicidad, codificada acertadamente por el autor. Retomemos los versos:
"Entonces enjugando, entibiando sus heridas”, conlleva a
preguntarnos: ¿Quién entibia sus heridas? y la respuesta está dirigida a las
personas que pasan circunstancias difíciles y dolorosas pero que no se amilanan
y soportan con estoicismo el breve momento adverso porque intuyen que en
cualquier momento el sinsabor, como dice Vallejo, cambiará.
Y el aeda expresa: "Penetrando incertidumbres", o sea,
el ser o no ser ante el designio de la existencia, del que
indagaba Shakespeare. Motivación para
una decisión positiva. Y convencido, concluye: "Buscaron
salir de la niebla", ¿para qué? para dejar la oscuridad blanca, la ceguera
neutra y pasar a la vivencia de la lucidez, plena y satisfactoria.
Esta exposición de migración-lucha-esperanza-felicidad, tiene
profundidad filosófica y alcanza la categoría de "poesía
trascendental", sustentada por
Federico Schlegel: la poesía entra en contacto con la filosofía, abarca todo con tal que sea poético y potencia continuamente la reflexión poética (Schlegel,1983).
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