Nativos y migrantes en redes sociales
Hace ya cuatro años, Carlitos Cerna Bazán, generosamente nos invitó a una capacitación ofrecida por el grupo Calandria de Lima; previamente había que llenar nuestros datos y lógicamente el correo electrónico, yo profano en estos menesteres, lo andaba escrito en un papel para no olvidarme. Y efectivamente, así anoté mi correo; pero al levantar la vista, yo no era el único, me fijé que el colega radial, Alza, hacía lo mismo. Sonrió y me confesó: mi hijo me ayuda, "nosotros ya no somos de la era electrónica".
En otra ocasión, de la capital también llegó una especialista para capacitar a los docentes del colegio Antenor Orrego de Laredo; los profesores se mostraron renuentes y en la hora de clase, solicitaron a uno de los participantes para que levante el mouse, o sea el cursor lo guiara hacia arriba en la pantalla, y el alumno, levantó la herramienta material y auxiliar del equipo. Lo irrisorio es que no se adaptaba a la nueva tecnología.
En la primera quincena de marzo, el Instituto Prensa y Sociedad (Ipys), disertó sobre "Perú: Prensa y Elecciones"; respecto al Uso de Herramientas web 2.0, Kyra Hamann, concientizó de la importancia de las redes sociales y el uso cada vez mayor de esta tecnología, registrándose cerca de dos billones de internautas, y con la tendencia a aumentar, de los cerca de siete billones de habitantes en el mundo.
O sea que el universo ahora se divide entre nativos y migrantes digitales, a tal punto, dijo la maestra que si vemos a un niño de cuatro o cinco años, manejando mejor que nosotros la máquina, no debemos sorprendernos, porque ellos son nativos, mientras nosotros somos migrantes. Lógicamente los nativos, naturales, aborígenes u lugareños están en su propio mundo y tendrán mayor disposición para adaptarse a los nuevos tiempos.
De modo, quienes superamos la barrera de los cincuenta años, debemos continuar esforzándonos para entender estas novedades de la modernidad, similar a la alquimia y alfombras voladoras que cautivaron a los moradores de Macondo en Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez.
Aunque otro especialista refiere que si bien el Internet trae información, que es positivo; más no trae conocimiento ni cultura:pero esto ya es otro cantar y otro tema, aparte del aislamiento que origina en los internautas.
En otra ocasión, de la capital también llegó una especialista para capacitar a los docentes del colegio Antenor Orrego de Laredo; los profesores se mostraron renuentes y en la hora de clase, solicitaron a uno de los participantes para que levante el mouse, o sea el cursor lo guiara hacia arriba en la pantalla, y el alumno, levantó la herramienta material y auxiliar del equipo. Lo irrisorio es que no se adaptaba a la nueva tecnología.
En la primera quincena de marzo, el Instituto Prensa y Sociedad (Ipys), disertó sobre "Perú: Prensa y Elecciones"; respecto al Uso de Herramientas web 2.0, Kyra Hamann, concientizó de la importancia de las redes sociales y el uso cada vez mayor de esta tecnología, registrándose cerca de dos billones de internautas, y con la tendencia a aumentar, de los cerca de siete billones de habitantes en el mundo.
O sea que el universo ahora se divide entre nativos y migrantes digitales, a tal punto, dijo la maestra que si vemos a un niño de cuatro o cinco años, manejando mejor que nosotros la máquina, no debemos sorprendernos, porque ellos son nativos, mientras nosotros somos migrantes. Lógicamente los nativos, naturales, aborígenes u lugareños están en su propio mundo y tendrán mayor disposición para adaptarse a los nuevos tiempos.
De modo, quienes superamos la barrera de los cincuenta años, debemos continuar esforzándonos para entender estas novedades de la modernidad, similar a la alquimia y alfombras voladoras que cautivaron a los moradores de Macondo en Cien Años de Soledad de Gabriel García Márquez.
Aunque otro especialista refiere que si bien el Internet trae información, que es positivo; más no trae conocimiento ni cultura:pero esto ya es otro cantar y otro tema, aparte del aislamiento que origina en los internautas.
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