Watanabe, testimonio y recuerdos

Con cantos y poemas en su pueblo natal de Laredo, se recordó el quinto aniversario del vate más grande de su historia. José Watanabe, viajó al cielo un 25 de abril del 2007. Nuestro alcalde, Ing. Miguel Chávez Castro, en su primer mandato, lo homenajeó en vida. A este humilde escriba, le asignaron el discurso en la Casa de la Emancipación del Banco Continental. Lo sigo admirando,desde que lo vi trabajar incansablemente en 1982, en la película OJOS DE PERRO.Entonces llegó realizado, victorioso, sin dejar en ningún momento ese maldito cigarro, que le produjo el cáncer mortal. ME DESVIVÍ por la presentación, y creo que hablé más de la cuenta; ya como guionista de cine, narrador y poeta; sus puestos en la burocracia estatal, la alegría de su hermano Valentín, para emborracharse, cada vez, que veía en un medio nacional, las noticias de José. Muy humilde, parco al hablar, y muy elegante en el vestir. Esa noche, dijo socarronamente, "y ahora que voy a decir, quien me antecedió ya lo dijo todo", y el público rió. Ya más cerca, a la hora del brindis, me agradeció y dio un abrazo, Gracias Juan por todo. Después se hicieron seguidos los homenajes, y nuestra amistad se acercó más aunque de manera breve, se reunía con mi compadre Gerson Ramírez y el empresario Paco Bazán, entre otros. Mucho se interesaba por los laredinos, que triunfan en otros lugares. Sé que en la Universidad de Huaraz, hay un laredino, solía manifestar, y se refería a mi hermano Segundo Castro, quien llegó a la doctoral en Literatura, por la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. A cinco años de su desaparición, los laredinos sensibles, de buen corazón y amantes de las letras, lo seguimos recordando y siempre es motivo hablar de él, en alguna pequeña y grande reunión. Los del exterior, también lo avivan como el contador Lucio y el profesor Percy Bacilio, padre e hijo, junto a su familia, labrándose la vida en España.